En Tepantitla, en el mural que se conoce como de la medicina, situado en un muro al oeste del conjunto, frente al mural del Mictlan o reino de la montaña de agua, encontramos un personaje que, con una cobija entre las manos levantadas sobre su cabeza, está por atrapar una abeja. Porque comer insectos con y sin alas debe haber sido algo muy usual en Teotihuacan, comer muchos tipos de insectos, ya fuera crudos o de plano vivos o ya fuera cocinados de muchas maneras. El mismo mural deja suponer que también se alimentaban con arácnidos y con mariposas, posibles de comer de muchas formas distintas, desde vivas hasta convertidas en condimento de otros guisos. Los metates y molcajetes dan por supuesto las salsas y sus refinamientos, donde los insectos podían mezclarse e integrarse con una gran cantidad de otros ingredientes.
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