Pero la gente de Teotihuacan también parece haber empleado alimentos más extraños para nuestra cultura, alimentos denominados como “entheógenos” por el antropólogo Gordon Wasson, el descubrido de María Sabina y los hongos sagrados de Oaxaca, es decir, aquellos alimentos que nos convierten en seres como las divinidades – “teotihuacano/as” -- por el efecto que estos alimentos causan en nuestra conciencia o psique. Alimentos que también llamamos “psicodélicos” o, ya de plano y quizá de modo incorrecto, “drogas”, tales como el lirio acuático y el toloache. Alimentos que fortalecen la experiencia interior de lo sagrado.
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